Siguiendo con el enfoque nociofuncional, los enunciados
cumplen una función específica que viene determinada no solo por el acto de
habla en sí, sino también por la situación concreta en la que se encuentren los
interlocutores. Y para ciertas situaciones la respuesta a los enunciados está convencionalizada
a partir de los esquemas mentales socialmente compartidos, que pueden diferir
entre culturas.
Estos enunciados o intervenciones
relacionadas forman un intercambio. Basta con una intervención iniciativa y
otra reactiva, aunque suele existir una intervención adicional de cierre.
Varios intercambios dan lugar a una
secuencia conversacional –se habla de un mismo tema-, y éstos a su vez se
combinan en una conversación.
Según el Principio de Cooperación de Paul Grice, los interlocutores
demuestran y esperan un comportamiento cooperativo por parte de los demás. Pero
adopten o no una actitud cooperativa, el oyente siempre puede obtener, a partir
de la capacidad de inferencia, una información complementaria o implicatura.
Consecuentemente, al aprender otra lengua, el alumno debe
practicar el uso de exponentes funcionales en conexión con otros exponentes que
suelen estar asociados en la vida real para unas situaciones concretas. Para
ello, el profesor debe buscar una autenticidad de propósito en las actividades.
Dos requisitos son básicos: el vacío de información y la intención
comunicativa, tanto en las actividades orales como en las escritas. Y debe
mostrar que los fenómenos gramaticales se deben también a la intención del
hablante al pronunciar enunciados en situaciones determinadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario